En el contexto inmobiliario, la palabra “lujo” se utiliza con frecuencia, pero no siempre con la profundidad y el sentido que merece. Una verdadera propiedad de lujo no se define únicamente por su precio elevado o por estar ubicada en una zona exclusiva. El lujo auténtico es una experiencia integral que se percibe en cada detalle: desde la calidad de los materiales hasta el estilo de vida que ofrece.